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miércoles, 25 de febrero de 2015

Estación Pergamino (FCO/FCCA), Buenos Aires, Argentina


La estación del Mitre carga sobre sus espaldas una larga y complicada historia de cambio de titularidad de las vías que la atraviesan. Todo comienza cuando el Ferrocarril Oeste de Buenos Aires es comprado por la provincia homónima. En 1863, la misma se convertiría en el único propietario de la empresa al comprar las acciones de todos los particulares que con anterioridad componían la misma. Durante 27 años el estado provincial se encargó de ampliar la red de vías, construyendo entre otros los ramales que hoy ocupan nuestra atención. Para 1885 estaban tendidas las líneas Luján-Pergamino, Pergamino-Junín y Pergamino-San Nicolás.
El 12 de setiembre de 1878 en sesión del Consejo Municipal se decide la donación de un terreno para la construcción de la estación del FCO, el primer edificio fue precario, pero en 1883 la ciudad ya contaba con su nueva estación que permitía recibir los trenes del ramal procedente de Luján, el primero en ser construído y habilitado.
En 1888 el Presidente Juárez Celman vente el FCO a la compañía capitales ingleses The Buenos Aires Western Railway Limited con el argumento que era necesario desprenderse de todos los bienes públicos para así pagar con ese oro nuestra deuda, porque su convencimiento determinaba que el Estado era el peor de los administradores.
En 1890 el Central Argentine Railway, (FCCA), adquiere de la Western Railway los tres ramales que llegaban a la ciudad de Pergamino, construyendo además un cuarto ramal con dirección a la ciudad santafesina de Cañada de Gómez, punto de empalme con la vía de Rosario a Córdoba, así la compañía podía vincular las tres ciudades más importantes del país, entablando una dura batalla con su competidora, el Ferrocarril Buenos Aires y Rosario.
En 1948, los ferrocarriles de capitales ingleses son nacionalizados, previa compra, por el Presidente Juan Perón, pasando el FCCA a engrosar las filas del nuevo Ferrocarril General Mitre, hasta 1992 cuando Menem concesiona el servicio de cargas del mismo a la empresa privada Nuevo Central Argentino, actual prestador de servicios que no presta servicios.
El Amigo Roberto quién ofició de improvisado guía durante las dos jornadas de travesía, me marcó como punto de inicio de la visita a la estación del Mitre el hermoso puente de hierro ubicado ahora al lado del nuevo viaducto que permite agilizar el tráfico entre dos importantes barriadas. Cabe destacar que todo el predio ferroviario es enorme y que en él se han realizado varias intervenciones urbanas, como el mencionado viaducto y el reciclado del edificio principal que alberga al museo de la ciudad que sufriera en su momento un terrible incendio que consumió toda la historia en papel de Pergamino.






La visita al predio del Mitre como se lo conoce popularmente continúa con la recorrida por el viejo galpón que aguarda una urgente puesta en valor o la irremediable muerte.








El edificio principal ha sufrido un proceso de restauración y uno de reconstrucción post incendio, dentro de él funcional el Museo de la Ciudad y una coqueta confitería con pisos originales.
El predio y sus distintas realidades siempre reaviva la discusión entre aquellos que son renuentes a las refuncionalizaciones y aquellos que aplauden cuando un viejo edificio ferroviario es ganado para la ciudad en forma de museo, centro cultural, dependencia oficial, confitería etc. Yo adhiero a aquellos que quieren una instalación ferroviaria operando de instalación ferroviaria, reciclada, mantenida y cuidada, pero reconozco que ante el estado de abandono a que han sido condenadas muchas de ellas una buena refuncionalización sin la pérdida de la identidad del edificio siempre es un mal menor muchas veces bienvenido como en el caso de Pergamino, en donde se nota la intención de mantener la historia visible a pesar que el tren sea por ahora tan solo un recuerdo.


En la ventana se refleja el legendario Hotel Fachinat


Para finalizar la vuelta el próximo punto de interés resulta ser el puente corto. 





Con el hermoso cabín de señales culmina la visita al predio del FCO/FCCA/FCGM/NCA, la historia me llevará ahora por otras vías en la búsqueda de dos fantasmas que permanecen ocultos y olvidados en medio de tanta pampa.


martes, 24 de febrero de 2015

Estación Pergamino (CGBA), Buenos Aires, Argentina

En la ciudad de Pergamino me tomé un tiempo para visitar las dos estaciones, que todavía en pié resisten de manera diferente el paso de los años. El antiguo edificio de la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires (CGBA) se encuentra en regular estado de conservación, alojando en la actualidad dependencias policiales. La estación se inauguró en 1908, sirviendo a los ramales Buenos Aires-Rosario y Pergamino-Vedia, trazas que luego de la compra y nacionalización de los ferrocarriles durante el primer gobierno del General Perón, pasaron a denominarse G y G6 del recientemente creado Ferrocarril General Belgrano.
La construcción se ubica en la progresiva 264,9. Para 1934 contaba con galpón para doce máquinas, galpón para cuatro coches, un galpón de mampostería, depósitos de agua y carbón, mesa giratoria y dos fosos ceniceros. Hoy todavía se conservan algunos de esos edificios, todos ocupados en actividades no ferroviarias.


El hall principal todavía conserva las boleterías, las aberturas, piso y paredes originales en buen estado de conservación, tanto que con un poco de imaginación y sentimiento todavía se pueden percibir los alborotos que originaba la llegada del Chinchero, aquel mixto que nació en los cincuenta y fue quién corrió por sus vías hasta finales de 1976, cuando la dictadura determinó que el ramal debía clausurarse.


Un par de viejos vagones quedaron abandonados en la vía principal como mudos testigos del pasado, siglas, números, años de nacimiento, datos estampados como en un gran libro de historia a escala natural.
Los años y cierto descuido no han podido con la belleza de la francesa, quizás algún día lleguen para su redención definitiva los Amigos del Belgrano y le devuelvan a la estación Pergamino el ciento por ciento de su esplendor original, tal como lo han hecho con otras estaciones de la línea, y si a eso lo acompaña la reactivación del ramal la dicha sería completa.

Dejo en paz al bello edificio de la CGBA para ir en búsqueda del otro predio ferroviario, el correspondiente al primitivo Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, comprado en su momento por el poderoso Ferrocarril Central Argentino.