Hacía muchos años que deseaba encontrarme frente a frente con la pequeña estación Fitz Roy, y durante este último verano en ocasión de una travesía por la ahora denominada Ruta Azul se dio la perfecta oportunidad de fotografiarla. Desgraciadamente la imagen que uno tenía de ella estaba referida a su participación en la película Historias Mínimas del director Carlos Sorín, allí lucia pintadita como para ir de fiesta y ahora el contraste con un estado de abandono generalizado provoca desánimo y tristeza.
Fitz Roy es la octava estación del Ferrocarril Patagónico, trazado férreo que vincula Puerto Deseado con las Heras, en el centro norte de la Provincia de Santa Cruz, el trazado original estuvo pensado que culminara en Bariloche, al pie de la cordillera
http://es.wikipedia.org/wiki/Ferrocarril_Patag%C3%B3nico
La estación se inauguró en 1914 y dejó de prestar funciones ferroviarias en 1978, pero continuó sirviendo como estafeta postal hasta la década del ochenta.
Sinceramente he estado frente a muchos edificios abandonados, aislados o devorados por la nada circundante, la pequeña estación no está completamente sola ya que a dos cuadras se halla el pequeño casco urbano e inclusive hay casas por detrás, pero la sensación de infinitud y desamparo que se siente a su alrededor inmediato es indescriptible, quizás por la tremenda carga emotiva con la que uno se va cargando mientras recorre las vastedades patagónicas.
Fitz Roy es la octava estación del Ferrocarril Patagónico, trazado férreo que vincula Puerto Deseado con las Heras, en el centro norte de la Provincia de Santa Cruz, el trazado original estuvo pensado que culminara en Bariloche, al pie de la cordillera
http://es.wikipedia.org/wiki/Ferrocarril_Patag%C3%B3nico
La estación se inauguró en 1914 y dejó de prestar funciones ferroviarias en 1978, pero continuó sirviendo como estafeta postal hasta la década del ochenta.
Sinceramente he estado frente a muchos edificios abandonados, aislados o devorados por la nada circundante, la pequeña estación no está completamente sola ya que a dos cuadras se halla el pequeño casco urbano e inclusive hay casas por detrás, pero la sensación de infinitud y desamparo que se siente a su alrededor inmediato es indescriptible, quizás por la tremenda carga emotiva con la que uno se va cargando mientras recorre las vastedades patagónicas.
Esa linea es un puñal clavado en mi corazon. Esta alli. Como esperandonos. Solo falta que pase el tren, carajo. Y nadie hace nada. Cada vez que me encuentro con ella se me hunde un poco mas el puñal. Te pido perdon por el melodrama pero es lo que siento con Puerto Deseado-Colonia Las Heras. Tengo el boleto comprado hace años y no me puedo subir.
ResponderEliminarSaludos
Alejandro
A no amargarse amigo, quiza ahora haya un poquito de esperanza ya que se vuelve a hablar de volver a poner en marcha los ferrocarriles argentinos. Veremos, no perdamos esperanza. Saludos.
EliminarAmigo, te comprendo perfectamente, siempre permanece viva la esperanza que alguna vez prime el sentido común por sobre la mera especulación económica y los ramales que todavía puedan ser recuperados vuelvan a tener vida y con ella los pueblos y parajes que duermen hoy el sueño del olvido.
ResponderEliminarSaludos!
Rodolfo.