Habrá sido el calor, habrá sido la nada circundante, pero en algún momento del camino entre Las Hermanas y Paraguil me pregunté que sentido tiene seguir mostrando lugares abandonados, olvidados, marginados, si en realidad todos tienen la misma morfología, el mismo antecedente histórico, el mismo resultante físico y emocional, y entre tanta pregunta divisé la estación, esta vez con un rastro humano. Una pala mecánica removía tierra y unas gallinas conformaron el comité de bienvenida, extraña comunión pensé.
Saco unas tomas y el contacto con el operador de la pala no se hizo esperar, me informa que estaba removiendo por órden de Ferrosur la tierra contaminada con soda cáustica producto del descarrilamiento de tres vagones con dicho químico, la conversación derivó en un conjunto de conclusiones referentes al rol del ferrocarril en un estado de carácter nacional con prioridad en lo social, y el recuerdo vivo de lo acontecido con el tren sanitario de Ingeniero Jacobacci me volvió a llenar de entusiasmo sobre el futuro, veinte jóvenes en el reino del viento intentando subsanar los problemas de salud de una comunidad y un ferroviario perdido enarbolando banderas de lucha y compromiso, poniendo al sujeto social por delante en medio de una pampa poblada de gallinas doradas, rara mezcla, letra para un rap combativo, letra para la pegatina del Cuarteto de Nos, urgencia de compartir, imperiosa necesidad de unir esos puntos sueltos para conformar la geometría que nos proyecte a un mejor futuro.
Hermoso blog... Estoy trabajando en la historia de las estaciones del partido de Laprida. Te agradezco cualquier link o aporte. "Tiene sentido seguir mostrando lugares abandonados..."
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