La penúltima parada la establezco en la pequeña estación Conlara, aquí hay que abrirse paso entre el monte que pacientemente se está reconstruyendo de forma natural tras la devastación sufrida durante la primera mitad del siglo XX, cuando no quedó quebracho alguno, para llegar hasta el gran tanque de agua y el edificio de la estación. Conlara se ubica a 13 kilómetros al sur de Villa Dolores y desde aquí partía un corto ramal forestal del BAP, habilitado en 1919 y clausurado en el 77 en dirección a Los Cerrillos.
A principios del siglo pasado casi todo el combustible utilizado en el país era a base de carbón importado desde Gran Bretaña, la primera guerra mundial (1914-1918), implicó la suspensión de dichos envíos y una sustitución de la fuente de combustible que recayó en la aniquilación de nuestros bosques nativos. Todo el monte fue explotado generando un formidable negocio para los propietarios de las extensiones, ese movimiento lo pudieron ver en el documental adjunto en la entrada anterior y se materializa en la cantidad de ramales secundarios, muchos de ellos privados que se abrieron en la línea desde principios de la década del diez hasta los cuarenta, cuando la segunda gran guerra volvió a reiterar la crisis de combustible. El ramal Conlara-Los Cerrillos de 25,9 kilómetros de longitud terminaba en la propiedad forestal de los señores Herrera Vega Hermanos de 26000 hectáreas, donde se encontraba el monte nativo que se proponía explotar para la obtención de leña para el combustible de las locomotoras del ferrocarril inglés. De la necesidad que tenía la compañía de llevar a cabo el ramal lo prueba el que en un primer momento fuera habilitado tan solo para cargas de la empresa, el 1 de abril de 1919, mientras avanzaba con la colocación de rieles hacia el O. En agosto de 1923 se modifica el status y se lo habilita para el tránsito de pasajeros y cargas generales. La estación Los Cerillos del ahora FCGOA se transformó en la de mayor movimiento de toda la línea siempre con carga de leña, carbón de leña y madera.
La estación Conlara se halla ocupada, o por lo menos se hallan ocupados el galpón y la construcción de la foto, accesibles junto al gran tanque, si hay otras construcciones más allá de los alambrados, los perros y el monte solo lo sabrá el Google Earth.
El pueblo homónimo es muy pequeño y hace unos años ganó sus diez minutos de fama mediática a raíz de una información que mencionaba el altísimo índice de desmayos producidos en su población juvenil, los chicos perdían el conocimiento en las aulas, las calles, las casas, orientando la culpa a la pésima calidad del agua que se consumía en ese momento.
A principios del siglo pasado casi todo el combustible utilizado en el país era a base de carbón importado desde Gran Bretaña, la primera guerra mundial (1914-1918), implicó la suspensión de dichos envíos y una sustitución de la fuente de combustible que recayó en la aniquilación de nuestros bosques nativos. Todo el monte fue explotado generando un formidable negocio para los propietarios de las extensiones, ese movimiento lo pudieron ver en el documental adjunto en la entrada anterior y se materializa en la cantidad de ramales secundarios, muchos de ellos privados que se abrieron en la línea desde principios de la década del diez hasta los cuarenta, cuando la segunda gran guerra volvió a reiterar la crisis de combustible. El ramal Conlara-Los Cerrillos de 25,9 kilómetros de longitud terminaba en la propiedad forestal de los señores Herrera Vega Hermanos de 26000 hectáreas, donde se encontraba el monte nativo que se proponía explotar para la obtención de leña para el combustible de las locomotoras del ferrocarril inglés. De la necesidad que tenía la compañía de llevar a cabo el ramal lo prueba el que en un primer momento fuera habilitado tan solo para cargas de la empresa, el 1 de abril de 1919, mientras avanzaba con la colocación de rieles hacia el O. En agosto de 1923 se modifica el status y se lo habilita para el tránsito de pasajeros y cargas generales. La estación Los Cerillos del ahora FCGOA se transformó en la de mayor movimiento de toda la línea siempre con carga de leña, carbón de leña y madera.
La estación Conlara se halla ocupada, o por lo menos se hallan ocupados el galpón y la construcción de la foto, accesibles junto al gran tanque, si hay otras construcciones más allá de los alambrados, los perros y el monte solo lo sabrá el Google Earth.
El pueblo homónimo es muy pequeño y hace unos años ganó sus diez minutos de fama mediática a raíz de una información que mencionaba el altísimo índice de desmayos producidos en su población juvenil, los chicos perdían el conocimiento en las aulas, las calles, las casas, orientando la culpa a la pésima calidad del agua que se consumía en ese momento.
Firma de autor
Dejo Conlara en búsqueda del último destino de este viaje que se inició muy lejos, en otra sierra muy cerca del mar.
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