La estación se inaugura el 6 de enero de 1909 y el ramal comienza sus operaciones el 1 de diciembre de ese mismo año. El predio en donde se asienta la misma es comprado por la compañía inglesa a Don Benito Villanueva, dueño del establecimiento El Dorado.
En este caso el mérito de la fundación del pueblo le corresponde a la empresa, quién al construir la estación divide las tierras lindantes compradas y con ello da forma al incipiente núcleo urbano.
El BAP deja un terreno disponible para la plaza y luego dona la fracción de la manzana donde se construirá la capilla.
Pero recién será en 1925 cuando el pueblo tome la forma definitiva a consecuencia del fraccionamiento y venta en chacras del establecimiento El Dorado propiedad para ese entonces de Don Alberto Castex.
Como contara en la entrada anterior el ramal no se desarrolló según lo planeado y tampoco lo hicieron los pueblos conformados, indudablemente la línea principal del BAP que corría 10 kilómetros más al norte y luego la traza de la internacional 7 consolidaron ciudades que se transformaron en importantes, marginando al ramal que corría en forma paralela a la misma.
Predio y edificio se encuentran en aceptable estado, ocupados pero sin un mantenimiento muy dedicado.
No será una pieza de arqueología ferroviaria, pero hacía años que no me encontraba frente a un honguito de estos, indudablemente son secretos que guarda la pampa profunda.
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