Tres de la estación y museo ferroviario de Baquedano, en la ruta Antofagasta-Calama, dos del viaducto de Conchi, más allá del hermoso Chiu-Chiú, cuya altura de 140m sobre el río duplica a nuestro Polvorilla, pero sin la grandiosidad ingenieril del salteño, y la última que sintetiza el misterio de la Pampa salitrera, lindante con la sequedad extrema de Atacama y el recuerdo de caminar por las vías a temprana hora de al tarde en pleno enero, orillando el cementerio de la Oficina Chacabuco y el campo minado por la dictadura, locuras de juventud, absolutamente inolvidables.
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