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sábado, 25 de abril de 2015

Estación Martín Colman (FCS), Buenos Aires, Argentina

Martín Colman se ubica en la progresiva kilómetro 223.7 desde Plaza Constitución, pertenece al ramal Las Flores-Tandil del FCS, renomenclado como R9 durante el período de Ferrocarril Roca.
Fue inaugurado por la compañía inglesa el 1 de agosto de 1891 y la estación data de esa fecha, habilitada como de segunda categoría para pasajeros, cargas, hacienda y telégrafo. Toma su nombre del donante de las tierras y en la actualidad no presta servicios aunque por sus vías circulan formaciones de carga del Ferrosur Roca y el servicio de pasajeros Constitución-Tandil de Ferrobaires.



El edificio se encuentra cerrado pero entero, en el predio de la estación se levanta una antena de comunicaciones de altura inusual.





Detrás de los galpones encontramos un viejo vagón de vías y obras 


Punta de rieles para este pequeño recorrido por las vías del ramal Las Flores-Tandil, por ahora no hay otra historia en puerta,  así que será hora de volver a las vías en busca de una nueva aventura.

La leyenda del caminante sin cabeza, puente sobre un arroyo sin nombre (FCS), Buenos Aires, Argentina

Un pequeño puente carretero sobre el camino rural que une Miranda con Martín Colman terminó con una captura impensada y una historia de leyenda.


Vista sentido Miranda


Viaje a las entrañas del puente



Cuenta la leyenda de la que no hay constancia escrita sí no tan solo vagas menciones transmitidas, ampliadas y modificadas oralmente durante generaciones que cierta tarde de otoño llegó al lugar donde el arroyo sin nombre dibuja una pequeña traza de sombra en la inmensidad de la llanura, un nómada que pasaba gran parte de su vida dedicado a caminar la inmensidad de la pampa. La curiosidad y la admiración por esa vieja estructura centenaria que se regalaba delante de sus ojos lo llevaron a sumergirse en las entrañas del ignoto puente sobre el arroyo sin nombre, allí lo caminó, lo exploró por dentro, por fuera, escudriñó y palpó cada detalle, cada tuerca, cada firma, cada tabla de madera gastada siempre contando con que la soledad más absoluta guardaría esa comunión en secreto que se había establecido entre ese pequeño gesto de la ingeniería y su pampa en silencio. Tal cortejo amoroso modificó sus sentidos del oído, vista y hasta el olfato tanto que nunca se percató que a sus espaldas, o sea a espaldas del río que no dejaba de admirar una cansada GT22 avanzaba a paso redoblado arrastrando su pesada carga, tal encuentro sobre un pequeño puente cuando el explorador sin sentidos se hallaba con al cabeza por sobre los durmientes observando como se veía el infinito desde esa posición no podía terminar de otra manera, se dice que ni el explorador, ni el maquinista ni la cansada GT22 percibieron el contacto. Los relatos orales, modificados, ampliados y adornados hasta el morbo detallan encuentros increíbles con el caminante sin cabeza ni sentidos. Mitos, leyendas y supersticiones de la pampa que quedan allí, tan solo salen a la luz cuando alguien se cruza con los portadores de tales historias.









Estación Miranda (FCS), Buenos Aires, Argentina

La próxima parada la estableceremos en el pueblo de Miranda, nomenclada así en honor al patriota venezolano pese a que en un primer momento fue designada con el nombre de estación Santa Rosa.
Se ubica a 35 kilómetros de Rauch y pertenece a la sección Las Flores-Tandil del FCS.
Tiene dos particularidades, la primera es que no fue estación original del ramal, la misma se construyó en 1908, por lo tanto carga con un estilo arquitectónico diferente a las demás, estilo llamado de transición que no fue muy común dentro de los edificios del Ferrocarril del Sud.
La segunda particularidad tiene que ver con que hoy funciona dentro de la misma el Centro Educativo para la producción Total Nº 5,cuyo principal objetivo es brindar educación a la juventud rural promoviendo el desarrollo de la comunidad insertando a los jóvenes dentro de la producción, impidiendo así que masivamente emigren a otros sitios en busca de oportunidades. Tan bueno han sido los resultados que Miranda a principio de los noventa estaba destinada a convertirse en otro paraje fantasmal pero gracias a la formación del centro educativo en 1991, pasó de tener 80 habitantes en el 2001 a 124 en el 2011.




El edificio se encuentra en muy buen estado de conservación, con algunas distorsiones producto de la refuncionalización sufrida para adaptarlo a las necesidades de la entidad educativa, cambios inobjetables en función de los motivos que los produjeron, tal como ya me había sucedido con la estación Casey del Midland, de todas maneras y con muy buen tino los tres pabellones incorporados como aulas respetaron la tipología original del edificio y hasta la materialidad homogeneizando al conjunto de una manera muy cuidada.



Dejo Miranda en busca de la última parada pero antes un pequeño curso de agua y un puente me depararían una inesperada sorpresa.